Cantabria: Annua.

San Vicente de la Barquera es uno de los pueblos mas bonitos de Cantabria. Después de un paisaje de praos verdes y vacas se abre ante nosotros el mar Cantábrico y la ría que baña esta localidad. En este entorno hemos tenido el privilegio de comer en un restaurante que fue elegido Restaurante Revelación de España en 2011 y que en 2012 recibió una estrella Michelín. El edificio del restaurante fué una antigua ostrería y tiene unas vistas difíciles de igualar sobre el mar, la ría y los Picos de Europa al fondo. El jefe de cocina es Oscar Calleja y practica la cocina creativa. El precio por persona esta entre los 60 y los 75 euros. Pedimos el menú experience que consta de 15 platos y aquí os dejo algunos de los que mas nos gustaron:

 Molote de algas y plancton con masera y centolla.

 Ostras lichi.

 Taco de langostino y chipotle R.C

 Bogavante azul del Cantábrico y papada ibérica en caldo de cocido lebaniego y remolacha.

 Salmonete de roca, crema de azafrán, erizo y soja.

Lomito de corzo, castañas, moras y whisky.

Cantabria: La Malinche.

En Santander. Según cuentan: "La Malinche fue la primera indígena que aprendió a hablar castellano siendo mas adelante la intérprete de Hernán Cortés con quien se dijo que tuvo un hijo ilegítimo".
Es un bar-restaurante de dos plantas con una decoración actual y muy agradable. El servicio es rápido y muy atento. Pedimos ceviche de pulpo y langostino, atún rojo a la plancha con ensalada de tomate y fresas y entrecot de ternera cántabra al carbón con rúcula y parmesano. Los tres platos nos parecieron de lo mejor de este viaje y más concretamente el atún y la carne, que nos dejaron con la boca abierta.




Cantabria: El Grand Cru.

En Santander. Es un bar de pinchos preparados con mucho esmero. Nuestra visita fue rápida y solo pudimos probar el huevo a 64º y el pincho de codillo y manzana asada que se presentaba en el interior de un hueso de jamón. Muy bueno. Prometemos volver en nuestra siguiente visita y mas tranquilamente.





Cantabria: Hotel El Oso.

En Cosgaya, a unos 20 minutos en coche de Potes. Es uno de los restaurantes con mejores referencias en lo que a cocido lebaniego se refiere. El cocido lebaniego es un plato muy contundente y tradicional de la comarca de Liébana a la que debe su nombre. Consta de una sopa de cocido con fideos (buenísima) seguida de un enorme plato de garbanzos de Potes (mas pequeños que los tradicionales), patatas, berza y productos procedentes de la matanza del cerdo (matacíu del chon), chorizo, morcilla, tocino, hueso de jamón y relleno, que es una masa hecha de miga de pan, huevo, chorizo y perejil.
Las raciones por persona son tremendas asi que se recomienda pedir una para cada dos personas. El precio de la comida ronda los 20 euros con vino, postre y café. El cocido está buenísimo y el entorno es espectacular.









Cantabria: Casa Cayo.

En la localidad lebaniega de Potes y colgado sobre el río Deva encontramos Casa Cayo. Es nuestra segunda visita a esta casa de comidas y no podíamos dejar pasar la ocasión de volver a pasar por allí para disfrutar de sus raciones. La calidad de sus productos es muy buena y sus precios también. Anchoas de Santoña con pimientos de Isla, pimientos de Padrón y almejas a la marinera. En Casa Cayo nos encontramos muy agusto por sus platos y también por su gente.





Noray.

En Jávea (Alicante). Aunque abrieron sus puertas hace solo un año ya se han hecho un hueco entre los mejores restaurantes de la zona a base de pescados frescos de lonja y muy buen servicio. Desde su terraza se disfruta de una de las mas impresionantes vistas sobre el puerto y la bahía. Hoy hemos probado dos tapas nuevas traidas exclusivamente desde Cantabria: montaditos de anchoa Nuevo Libe (Santoña) y ventresca de bonito. Dos tapas que nos sirven de introducción para nuestro viaje de la próxima semana.


La Pilarica.

Es uno de los bares mas famosos de Valencia. Se encuentra en pleno corazón del barrio del Carmen y es el sitio perfecto para tomar una caña y unas tapas despues de darse una vuelta por el Mercado Central. Desde 1927 cantan las comandas como si por ellos no pasara el tiempo. Aquí se pueden pedir buenas tapas entre las que se encuentran sus famosos pepitos (pan rebozado relleno de tomate, atún y piñones).



El Baret de Miquel.

Es un bar-restaurante en Dénia (Alicante) regentado por Miquel Ruíz, antiguo jefe de cocina de restaurantes muy reconocidos como La Seu y El Girasol (ambos en Moraira). Se trata de un negocio familiar donde hemos probado tapas muy buenas como buñuelos de bacalao, figatells de sepia y cous cous de pulpo con fenoll marí (hinojo marino), una planta muy popular en la Marina Alta que crece en primera línea de mar. Es un lugar agradable donde poder probar materias primas típicas de la zona con una presentación muy actual. Si decides pasar por allí has de saber que funcionan con reserva previa. Mas información en su facebook.




L'Almassera

L'Almassera es una casa rural que se encuentra en Planes (Alicante), y mas concretamente en la pedanía de la Margarida, en el entorno del barranc de l'encantada. Su restaurante es uno de los mas gratos descubrimientos de este verano. Ingredientes tradicionales tratados de una forma exquisita. Por unos 22 euros se puede probar su menú degustación en el que incluyen platos deliciosos como el cordero con confitura de melocotón (cocinado a baja temperatura durante 18 horas y dorado a la plancha), sin duda uno de los corderos mas tiernos y mas buenos que he probado. En cuanto a los postres, probamos la tarta de almendras y albaricoque con helado de vainilla y higos y el brazo de gitano relleno de ciruelas amargas. Pocas veces he salido de un sitio tan satisfecho por la cocina y por el trato de su gente. Si pasáis por la zona no dejéis de ir!






Pescando: Llampuga con pimientos.

Es un plato mallorquín muy fácil de preparar y muy típico de esta época del año ya que es cuando suele aparecer este pescado azul tan típico del mediterráneo.
En las últimas semanas me he aficionado a la pesca al curricán costero y aunque aun soy un novato, esto es lo que pude pescar el otro día después de unas cuantas horas en el mar.
Tenemos dos llampugas, dos bonitos y una bacoreta. La llampuga es un depredador alargado y de tonos amarillos y verdosos que en los meses de septiembre y octubre patrulla nuestras costas en busca de bancos de boquerones o sardinas de los que se alimenta.

Para este plato solo hemos utilizado las llampugas y la bacoreta ya que con el bonito preparamos otra receta que ya publicaré otro día.

Comenzamos por limpiar la Llampuga y trocearla. Yo personalmente recomiendo echarle un poco de paciencia y limpiar las espinas de la llampuga antes de cocinarla ya que una vez emplatado, se agradecerá. Los pimientos se cortan a tiras y las patatas, a rodajas redondas finas (o enteras, segun el gusto de cada uno). En una cazuela de barro, preparar una salsa de tomate natural, sofriendo primero los ajos enteros y las hojas de laurel. Añadir los tomates y dejar que la salsa se vaya haciendo, mientras los pimientos se fríen en una sartén aparte. Cuando la salsa está lista, incorporar los pimientos. Por otra parte, enharinar ligeramente la llampuga y freír los pedazos en una sartén. Freír también por separado las patatas y colocarlas en el fondo de una cazuela. Hay que vertir la salsa sobre las patatas, incorporar el pescado y dejar cocer unos minutos todo junto. Una vez cohesionados los ingredientes ya esta listo para servir. (receta vía www.masmallorca.es)





Las Lunas.

En Valencia. Calle Císcar 35. A simple vista no entrarías porque parece para gente de cierta edad y un poco clásico en su decoración pero siempre sorprende la calidad de los platos del menú diario porque son muy caseros pero con una muy buena presentación y un sabor muy potente. El trato de los camareros es super correcto y muy atento.

Abajo: Crema de guisantes con jamón, roast beef a la inglesa con crema de mostaza y mezclum, ensalada de salmón ahumado con verduritas y vinagreta de frutos secos y meloso de chipirones y gambitas.

(Cris Muñoz)






La Vinoteca.

Pese a llevar poco tiempo abierto este restaurante se ha convertido en uno de los imprescindibles de Santander. Tanto para ir de tapeo como para una comida o una cena más formales. Aconsejo escuchar las recomendaciones de Koldo, que siempre esta al tanto de las innovaciones culinarias que su socio Luis lleva a cabo en los fogones.

Gambas a la sal. Gambas rojas marroquíes hechas siete minutos a la sal (prácticamente crudas) y acompañadas de una concasse de tomate junto con el sabor de las cabezas de la gamba y ajoblanco. Escabeche de Corvina con verduras al dente, entraña de buey con verduras y arroz con leche casero acompañado con hojaldre y helado de vainilla.

(Cristina Fernández)